sábado, 6 de julio de 2013

Basura electrónica: occidente mira hacia otro lado

La chatarra electrónica (en inglés: e-waste o WEEE o el equivalente en español: RAEE, Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos) es un conjunto de residuos considerados peligrosos, provenientes de ordenadores, teléfonos móviles, televisores y electrodomésticos en general que ya han sido desechados.
De acuerdo con la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico) un desecho electrónico es todo dispositivo alimentado por energía eléctrica cuya vida útil ha culminado.
La chatarra electrónica se caracteriza por su rápido crecimiento debido a la rápida obsolescencia que están adquiriendo los dispositivos electrónicos y por la mayor demanda de éstos en todo el mundo, entre otros factores. La ONU calcula que se producen anualmente en torno a 50 millones de toneladas de esa clase de residuos.
Si observamos la composición de la basura que desechamos en nuestros hogares, la electrónica es una de las que más está creciendo. El problema es que, al ser desechada como un residuo más, se deja de lado el hecho de que contiene materiales tóxicos como el plomo, níquel, mercurio, arsénico… Y también materiales valiosos como el oro, plata, platino o cobre.
PROBLEMAS AMBIENTALES
Los desechos electrónicos poco a poco se han convertido en un serio riesgo sanitario, ya que al terminar tirados al aire libre liberan plomo, mercurio, cadmio, níquel y cromo.
El mercurio produce daños en el cerebro y el sistema nervioso; el plomo potencia el deterioro intelectual ya que tiene efectos perjudiciales en el cerebro y todo el sistema circulatorio; el cadmio produce problemas en la reproducción y posibilita la infertilidad; el cromo produce problemas en los riñones y los huesos.
En términos medioambientales, disuelven sus metales pesados y se combinan con los lixiviados generados por la basura, filtrándose así hasta el suelo y llegando a los acuíferos.
VERTEDEROS TECNOLÓGICOS
Existen grandes vertederos donde los países occidentales vierten su basura electrónica. Los más grandes del mundo se encuentran localizados en China y en Ghana.
Los basureros electrónicos son minas de metal. La basura electrónica no sólo puede resultar muy contaminante para el medio ambiente, también puede ser un buen negocio. De una tonelada de desechos electrónicos se pueden obtener hasta 150 gramos de oro. También son minas de cobre, vanadio, hierro, aluminio, titanio, litio…

CHINA, EL BASURERO ELECTRÓNICO DEL MUNDO
Según un informe reciente de la ONU, China parece ser ahora el mayor vertedero de desechos electrónicos del mundo.
En la basura electrónica, o e-waste, hay de todo, desde televisores, neveras, sistemas de aire acondicionado y teléfonos hasta ordenadores. Muchos de estos aparatos fueron fabricados en China pero, debido a un extraño giro en la economía global, regresan a morir al país asiático.
De acuerdo con los datos de la ONU, aproximadamente el 70% de los desechos electrónicos generados a nivel mundial terminan en China, la mayor parte de ellos de forma ilegal.
Durante la última década, la ciudad de Guiyu en el sureste de China, en la principal zona de fabricación, es un centro importante para la eliminación de desechos electrónicos. Se calcula que en esta ciudad trabajan unas 150.000 personas para tratar la basura que llega, principalmente de EE.UU, Canadá, Japón y Corea del Sur.
Un trabajo sucio y peligroso: esta puede ser una de las mayores operaciones informales de reciclado en el mundo para desechos electrónicos. Gran parte de la contaminación tóxica se produce por las placas de circuitos, plástico y cables de cobre que se queman, o porque las lavan con ácido hidroclórico para recuperar metales valiosos. Los estudios realizados por el Colegio Médico de la Universidad de Shantou, reveló que muchos niños tenían niveles de plomo más altos de lo normal en sangre. En Guiyu, la degradación ambiental y los gases tóxicos permean el aire.
GHANA: EL BASURERO ELECTRÓNICO DE EUROPA
En las afueras de Accra, la capital de la República de Ghana, se ubica el barrio de Agbogbloshie y, en él, se encuentra el mayor vertedero  de residuos electrónicos de África. A pesar de que las Naciones Unidas prohibió, mediante la Convención de Basilea de 1989, la exportación de residuos tóxicos y artículos peligrosos a países en vías de desarrollo, la realidad es que millones de toneladas de estos residuos llegan provenientes del puerto de Amberes (Bélgica), sin que la Unión Europea realice ningún tipo de esfuerzo serio por impedir que se sigas violando los acuerdos internacionales.
Lo más preocupante de los campos de reciclaje es que las personas que realizan los trabajos de separación de materiales y de reciclaje, no cuentan con ninguna capacitación, ni recursos técnicos para evitar que peligrosos químicos lleguen a los ríos o se dispersen en la atmósfera. La constante quema de plásticos PVC ha deteriorado enormemente la calidad del aire en Accra y en los pueblos vecinos creando un enorme problema de Salud pública.
Otro trágico rostro de este problema ambiental y social está asociado con el trabajo infantil. Según Unicef y Greenpeace en este distrito trabajan cientos de niños de hasta 5 años de edad, que están constantemente inhalando los vapores cancerígenos y tratando con otro tipo de tóxicos prohibidos por la Unión Europea.
La responsabilidad de los efectos negativos del progreso y consumismo tecnológico debe ser asumida tanto por los países dónde se desarrollan y consumen estos artículos electrónicos –mayor regulación para cumplir con las normas internacionales y sanciones más severas en caso de incumplimiento-; como por las empresas que los producen; mediante campañas serias de reciclaje, que impidan que los países más ricos y poderosos se aprovechen de la baja institucionalidad de los países más pobres para convertirlos en “países basurero”, eludiendo la Convención de Basilea y la legislación internacional, con la excusa hipócrita y perversa de “donaciones” de buena voluntad. Citando a Greenpeace: “Piensa a dónde van a parar tus móviles o tus gadgets” y “Cuando quieras cambiarlos o comprar uno nuevo, siempre piensa en la huella que dejas en el Planeta”.
 

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