martes, 15 de octubre de 2013

Pesca de arrastre: también arrasamos las profundidades

La pesca de arrastre de fondo es el método de pesca industrial menos selectivo que se practica. Destruye los fondos y las comunidades betónicas.
En los últimos doce años, numerosas flotas pesqueras confrontadas al descenso de la mayoría de las poblaciones comerciales, han vuelto la mirada hacia especies de aguas profundas sin plantearse su gestión sobre el fondo marino.
¿EN QUÉ CONSISTE LA PESCA DE ARRASTRE?
Consiste, fundamentalmente, en una red, con una abertura que puede alcanzar el tamaño de un campo de fútbol, en forma de calcetín que se remolca desde la embarcación manteniéndola abierta. De esta forma, todo lo que encuentra durante el recorrido queda atrapado en el interior de ésta. Para mantener la red abierta durante la pesca, existen unas piezas de acero denominadas puertas, que pueden llegar a pesar más de cinco toneladas, ofreciendo resistencia al agua se mantienen separadas. Además, la parte superior de la boca de la red lleva flotadores y la inferior va lastrada. Inicialmente, en la pesca de arrastre se utilizaban dos embarcaciones para llevar la red, en la actualidad sólo hace falta una.
Este método de pesca es de los más dañinos que hay, ya que rasca los fondos marinos, rastrillando y rompiendo todo aquello que encuentra a su paso, desde los peces hasta corales centenarios.
Muchas especies en peligro de extinción son capturadas, sin razón alguna, y después devueltas al mar, con frecuencia ya muertas. Estas pérdidas colaterales pueden llegar a alcanzar el 80 o el 90% de lo pescado. Además, amplias superficies del fondo de los océanos, que constituyen el hábitat donde los peces encuentran comida y protección, son aplastadas y destruidas.
DESTRUCCIÓN PAGADA CON EL DINERO DEL CONTRIBUYENTE
A pesar de que la pesca de arrastre es destructiva, del estado de los stocks de aguas profundas, y de que cada vez los barcos deben ir más lejos para pescar, la actual política pesquera común de la UE permite que países como España y Francia, otorguen subsidios pagados con el dinero de los contribuyentes para mantener esta forma de pesca ambiental y económicamente inviables.
La flota de arrastre supone menos del 6% del empleo en la mar. Sin embargo, la pesca artesanal, que en España constituye el 80% de la flota pesquera y casi el 30% de los empleos en la mar, es la gran olvidada a la hora de repartir ayudas económicas.

LA VIDA EN LAS PROFUNDIDADES MARINAS 
Se estima que en las profundidades marinas viven hasta diez millones de especies, una cantidad comparable a las selvas tropicales, que se concentran en montes submarinos y bosques de corales de aguas frías. Las especies de estas aguas son muy longevas y alcanzan la edad reproductora muy tarde, lo que las hace muy vulnerables a la sobrepesca.
LAS VÍCTIMAS
Algunas de las especies de profundidad más comunes en los mercados son: el fletán, el rape, las gallinetas, la merluza, el bacalao, entre otros. Los podemos encontrar frescos o congelados ya procesados en forma de filetes.
PROHIBICIÓN DE LA PESCA DE ARRASTRE
La Comisión Europea quiere aumentar la protección al hábitat profundo marino en sus aguas, y para conseguirlo, propuso, en julio del pasado año, la eliminación de la pesca de arrastre, reducir los descartes de peces no deseados, y aplicar las cuotas de pesca de forma científica. Esto podría significar que la pesca de arrastre podría prohibirse en 2015.
Parece repetitivo, pero es lo mismo de siempre: los intereses económicos en contraposición con los intereses ecológicos, cuando debería ser al revés, es decir, que se armonizaran ambas posturas en un modelo claro de desarrollo sostenible.

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