China está ubicada en el este del continente
asiático. Es el cuarto país más grande del mundo y el más poblado. Su
régimen político está inspirado en el comunismo soviético, sin embargo,
económicamente es un estado capitalista. Ha tenido un crecimiento
económico muy rápido, hasta el punto de convertirse en la segunda
economía y potencia comercial más grande a escala mundial. Se prevé que
para el año 2016 sobrepase la economía de EEUU.
El éxito de crecimiento de esta potencia
se debe, básicamente, a la fabricación de productos con una mano de
obra barata, buena infraestructura, alta productividad, una política
gubernamental favorable y un cambio en su economía posiblemente
infravalorado. Cuatro de las diez empresas más importantes del mundo son
chinas: PetroChina, el Banco Industrial y Comercial de China, China
Mobile y el Banco de Construcción de China.
Tras haber revertido su proceso de
desaceleración durante 2012, incrementará su papel como motor del
crecimiento económico mundial. Durante el cuarto trimestre del año, el
PIB había experimentado un crecimiento anual de 7,8%. De acuerdo con las
estimaciones del Banco Mundial, el gigante asiático podría crecer este
año un 8,4%.
LA MINERÍA EN LATINOAMÉRICA
China necesita incipientes recursos para
que la economía de sus más de 1.300 millones de habitantes siga
creciendo exponencialmente. Al otro lado del mundo, Latinoamérica
pretende invertir 300.000 millones de dólares hasta el año 2020 para
desarrollar su cada vez más potente industria minera, y aquí es donde
China está desplegando toda su artillería financiera para acaparar esa
industria latinoamericana.
Desde hace unos años chinos y latinoamericanos comparten beneficios.
La estabilidad jurídica de algunos
países como Chile y Brasil, el fácil acceso a la mano de obra y a
insumos como el agua son los causantes de que China esté invirtiendo
grandes sumas de capital en la extracción de minerales (cobre, plata,
oro, hierro…). Y como desde hace unos años, China seguirá siendo el
motor que impulse las inversiones mineras en Latinoamérica.
La nueva tendencia de China es adelantar
el capital, en forma de préstamos o bien pagos anticipados de petróleo,
para obtener los recursos necesarios.
LA COMPRA DE TIERRAS DE CULTIVO
La gran nación agrícola con la expansión
urbana e industrial está acabando con sus tierras cultivables. El
problema a resolver para la potencia industrial es inmenso. Las
dificultades crecen porque sus habitantes, con el auge económico de las
grandes urbes, están cambiando la dieta y buscan nuevos alimentos, más
carne y pescados.
Además de depredar los mares de todo el
mundo, lo que está causando crecientes conflictos internacionales, China
también busca tierras en África para cultivar y generar los alimentos
de los que tiene necesidad. De hecho, está comprando decenas de miles de
hectáreas. Esta compra de tierras no sólo obedece a un interés por
producir comida suficiente, sino que también por la extracción de
valiosos minerales, producir cada vez mayores cantidades de
biocombustibles o por especular con la tierra y conseguir más
beneficios.
En la lucha por la tierra, los
inversores ignoran a aquellas personas que la habitan y de la cual
dependen para sobrevivir. Ponen en peligro a las comunidades más pobres,
quienes pierden, en ocasiones de forma violenta, sus casas y sus medios
de vida sin haber sido previamente consultados, sin posibilidad de
compensación o de medios que les permitan reclamar sus tierras.
LA COMPRA DE DEUDA DE EE.UU
El pasado año, la deuda americana con
China superaba el billón de dólares, convirtiéndose en el principal
tenedor extranjero de deuda pública de EE.UU, superando a Japón.
¿Evasión de capitales en China? ¿Repatriación de dólares USA desde
China? ¿Controlar a su principal competidor a nivel mundial? ¿Todo a la
vez? El fenómeno inquieta a todos, porque el hecho de que las
instituciones de China se erijan como acaparadoras de dólares supone un
peligro potencial de dimensiones incalculables para la economía del área
de referencia, y especialmente para los EE.UU.
China no sólo compra bonos, también ha
adquirido varias compañías, bancos y tierras ricas en minerales. Así, en
un futuro no muy lejano, ciudades enteras del país podrían pasar a mano
de los chinos. Una de ellas es Toledo, en Ohio, dónde los extranjeros
pueden adquirir propiedades a bajo precio debido a la difícil situación
económica y el alto desempleo. Pero no compran bienes inmobiliarios sólo
en pequeñas ciudades, sino también en las principales urbes de EEUU.
Según afirmó Fortune, EE.UU es cada vez más pobre, mientras que China es
cada vez más rica, lo que les da la posibilidad de seguir acaparando
mercados en el país.
China será el catalizador del
crecimiento económico mundial en el año 2013. De acuerdo a las últimas
estimaciones del Banco Mundial, el gigante asiático podría crecer un
8,4%. De esta manera encabezará a las naciones emergentes que son las
llamadas a sostener en los próximos años el crecimiento económico en el
mundo. Recientemente los expertos financieros han dicho: “Miremos a
China con preocupación, con mayor preocupación de lo que sucede en
Occidente”.
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