Monsanto es la multinacional que controla el
90% del mercado mundial de semillas genéticamente modificadas
(alimentos transgénicos) y la productora de agroquímicos más poderosa
del mundo. Cuenta con apoyo político y rentabilidad millonaria, y su
modelo implica corrimiento de la frontera agropecuaria, desalojos
rurales, desmontes y masivo uso de agroquímicos.
HISTORIA
Fue creada en San Luís, Missouri (EE.UU)
en 1901. Su fundador, John Francis Queeny, un químico de la industria
farmacéutica fundó la compañía con capital propio.
Produjo y comercializó el agente
naranja, usado durante la guerra de Vietnam y responsable de la muerte
en la población vietnamita de unas 400.000 personas y unos 500.000
nacimientos de niños con malformaciones, además de las bajas en el
propio ejército estadounidense. En la actualidad está prohibido.
En sus primeros años, distribuyó
sacarina y también proveyó de edulcorantes a Coca-Cola, haciéndose uno
de sus principales proveedores.
En la década de 1920, expandió sus negocios para la química industrial, como por ejemplo ácido sulfúrico.
En la década de 1940, fabricaba plásticos, incluyendo poliestireno y fibras sintéticas.
Fue productor de la hormona sintética
somatotropina bovina (rGHB recombinante). Estudios científicos prueban
que esta hormona provoca cambios en la biología de las vacas: mastitis,
esterilidad y un aumento de la hormona del crecimiento y de otras
hormonas en la leche producida. También existen estudios que tratan de
probar que la hormona es inocua. Dada la divergencia, la leche de las
vacas tratadas con rGHB está permitida en muchos países, pero está
prohibida en Canadá y la Unión Europea.
Produjo y comercializó el DDT y el PCB
(policloruro de bifenilo) o askareles, químicos causantes de graves
daños para la salud humana y el medioambiente. Por sus características
anti-inflamables, la mayoría de los aceites dieléctricos con PBC se
usaron principalmente en áreas con alto riesgo de incendio: plantas
industriales, transportes públicos de tracción eléctrica (tranvía) y en
la industria petroquímica. Ambos están hoy prohibidos.
En el año 2005, fue condenada a pagar
1,5 millones de dólares por sobornar a las autoridades de Indonesia para
introducir algodón transgénico en ese país.
En el año 2006, fue condenada en Francia por publicidad engañosa sobre las falsas propiedades del herbicida Round Up.
En el año 2010, fue condenada en EE.UU a
pagar 2,5 millones de dólares por cometer más de 1700 violaciones en
normas de bioseguridad.
¿QUÉ HACE MONSANTO EN LA ACTUALIDAD?
Contamina los campos, se mete en
propiedades ajenas para coger muestras y si averigua que allí crece
cualquier planta GMO (organismos genéticamente modificados), entonces
entablan una demanda diciendo que esa cosecha es suya. Es una forma de
hacer dinero, ya que los granjeros no pueden luchar en los tribunales
contra ellos y acaban pagándoles porque no tienen otra opción.
Pero el tema no es tan sencillo. ¿Dónde
pueden encontrar los granjeros semillas “normales”? ¿Cómo pueden evitar
que sus campos se contaminen de cosechas GM? ¿Cómo pueden impedir que
los detectives de Monsanto entren sin autorización en propiedad ajena o
que utilicen helicópteros para sobrevolar los campos en misiones de
espionaje?
Han
hecho, y siguen haciendo, muchísimas cosas para que ni los granjeros,
ni nadie, puedan comprar, recoger y guardar semillas “normales”.
Han comprado las compañías de semillas de gran parte de EE.UU.
Han redactado leyes sobre semillas
Monsanto y han conseguido que los legisladores las aprueben, haciendo
que la limpieza, recogida almacenamiento de semillas resulten tan caras
en términos de tarifas, papeleo, pruebas y que estén sujetas a tantas
multas, que han logrado que casi sea imposible obtener semillas
“normales”.
Monsanto presiona para que no se
aprueben leyes contra el etiquetaje de sus propios animales y alimentos
GM y, así, exportarlos a otros países.
Además, Monsanto obliga bajo contrato a
los agricultores que compran sus semillas a renunciar a la compra de
cualquier otro producto, como abonos, fitosanitarios, etc., que no sea
fabricado por ellos, lo que les hace “prisioneros” de la compañía.
Los granjeros viven con miedo y las
comunidades agrícolas se están yendo a pique por el clima de sospechas
que Monsanto ha creado.
TRANSGÉNICOS, CÁNCER Y CORRUPCIÓN
En septiembre de 2012, Gilles-Eric
Séralini y su equipo de la Universidad de Caen, Francia, publicaron los
resultados de alimentar durante dos años a ratas de laboratorio con maíz
transgénico NK603. Mostraron que produjo tumores cancerígenos y otros
daños severos en las ratas. Si comparamos en extensión de vida con las
personas, el cáncer y otros problemas empezarían a aparecer después de
varios años de consumo, probablemente antes en los niños.
El estudio de Francia mostró resultados
tan graves, que se ha convertido en un caso paradigmático, tanto sobre
los riesgos de los transgénicos, como por revelar la corrupción de
científicos y agencias reguladoras, mostrando que el sistema que
utilizan para evaluación de riesgos es altamente deficiente.
TRANSGÉNICOS EN LA UNIÓN EUROPEA
El cultivo de transgénicos creció en
España en 2012, mientras bajó en casi toda Europa, con Polonia a la
cabeza en el movimiento anti-transgénicos.
El cultivo de OMG registró un importante
crecimiento en España durante el año 2011, mientras que retrocedió en
la mayoría de países europeos, según informó la organización ecologista
Amigos de la Tierra.
En 2011 se autorizó el cultivo en la UE
de dos tipos de transgénicos: el maíz MON810 de Monsanto y la patata
Amflora, de la química alemana Basf.
España pasó en un solo año de 67.700 a
97.300 hectáreas de cultivos de maíz transgénico. Otros países donde
aumentaron esos cultivos, aunque en menor medida, fueron Portugal y la
República Checa.
El crecimiento contrasta con la
situación en otros estados miembros como Alemania, donde desde 2009 no
se cultiva maíz transgénico, o Rumanía o Eslovaquia donde se ha
registrado una reducción considerable.
El crecimiento en 2011 de este tipo de cultivos fue del 0,1%, frente al 4% que experimentó la agricultura orgánica.
Según Amigos de la Tierra, en los
últimos cinco años la preocupación de los europeos por el impacto de las
transgénicos ha crecido un 66%.
Por su parte, Greenpeace explicó que la
caída de OGM en Europa se debe a la gran oposición de los ciudadanos y a
la preocupación por su impacto ambiental.
MONSANTO EN AMÉRICA LATINA
La multinacional ha triplicado sus ganancias principalmente por las ventas en Latinoamérica de su maíz genéticamente modificado.
Las ventas de la compañía crecieron un
21%, equivalente a 2.900 millones de dólares en el trimestre debido a la
demanda de Brasil y Argentina. Brasil es el segundo mayor productor
mundial de alimentos genéticamente modificados, con una extensión de 30
millones de hectáreas de plantaciones.
Las semillas de Monsanto de maíz y de
soja han sido modificadas genéticamente para producir más y,
supuestamente, para repeler los insectos.
El día 17 de septiembre de 2012 fue la
fecha elegida por miles de organizaciones en todo el mundo para
protestar contra la multinacional.
En las principales ciudades de Canadá,
Argentina, Alemania, Ecuador, Paraguay, Brasil, Perú, Japón, Filipinas y
en el propio territorio de EE.UU, se desarrollaron marchas para
protestar contra la multinacional. La más importante se celebró en la
sede principal de ésta, en Sant Louis, estado de Missouri.
La jornada fue convocada con la consigna principal de rechazar la proliferación de semillas transgénicas, OMG y agrotóxicos.
A fin de obtener ganancias, Monsanto
hace lo que sea preciso: no duda en violar la ley, sobornar
funcionarios, afectar la salud de la población o contaminar el ambiente.
Citando a Norman Braksick, el presidente de Asgrow Seed Co. (propiedad
ahora de Monsanto): “Si pones una etiqueta sobre un alimento
genéticamente tratado, deberías poner también una calavera y dos tibias
cruzadas sobre él”.
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