lunes, 6 de julio de 2015

Vi unos grandes ojos negros

Vi unos grandes ojos negros,
que se te salían de la cara.
Vi una sonrisa ancha,
que descubría una boca mellada.
Vi un semblante alegre.
Vi chispas en tu mirada.
Vi unas manos extendidas,
que, sin embargo, no pedían nada.
Te vi tan inocente…
Pies descalzos,
ropa rasgada,
barrigota gorda,
¿cuánto hace que no comes nada?
Nadie te ha explicado que estás enfermo.
Nadie te ha explicado lo que te pasa.
Una desgracia más,
que se añade a las que ya acumulabas.
Pero a pesar de todo, ¡sigues tan bello!
Bendita la ignorancia
que te permite seguir sonriendo.
Bendita la inocencia
que te oculta el viaje que iniciaste
hacia lo eterno.

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